Francisco Morales Santos
Al remover la tierra,
se abre un paréntesis
y en él afloran trozos
de antigua alfarería:
vasijas, vasos,
incensarios, platos;
aparecen piedras talladas y redondas
que han de rodar por más siglos;
figurillas de jade de collares;
cuchillos de obsidiana
con la sed apagada para siempre;
se levantan estelas
que nuevamente empiezan
la tarea de relatar hazañas
de caballeros tigres,
y en nombre de sus antiguos dueños
hablan pitos y flautas zoomorfos;
toman forma:
un canal de riego,
una terraza,
un altar ceremonial.
Al remover la tierra afloran
calaveras y huesos:
unos muestran floridas inscripciones,
otros, el más reciente ayer.
TU NOMBRE, PATRIA
Una gota de miel que se desliza
en dirección al pecho,
en las primeras horas del día,
iluminada con ganas
por el sol;
gota tibia y espesa
de poder curativo insospechado.
Gota inquieta, florida,
permanente,
auténtica, fiel
y memoriosa.
Gota en el aire
y en los labios gota
es tu nombre,
Guatemala.
LA MAGIA DE LA DANZA
Para encontrar el pasado,
sólo dos agujeros ocultos
debajo de las cejas
le bastan al presente.
El bailador, entonces,
se libra del acecho
de su propio mundo:
mundo hecho de costumbres
que empañan su mirada,
mundo dado en raciones
de tortillas con chile
y de frijoles,
mundo de días y noches
medidos con la misma vara.
Y detrás de la máscara se vuelve
Luzbel,
o Fierabrás,
o Tecún,
o un par de Francia…,
o Pedro Avilantaro.
EL PAPEL DEBIDO
Cuando oigo entonar a Joan Baez
una de sus hoy viejas canciones
de protesta
—"Brothers in arms"—
pienso
que aun cuando hayan sido
gestos frágiles de hermandad humana,
endebles como un puente
de bambú o de lepa,
han ayudado a exorcisar eclipses,
una vez en Viet Nam,
otra en Sudáfrica,
otra en Nicaragua…
Con lo que odio las aguas quietas, sólo a la espera de que algún cristiano se lance de cabeza para deglutirlo sin dejar, siquiera, la huella de un círculo concéntrico, (un odio semejante al que le tengo al arma que se hace la mansa en una funda). Con lo que odio las aguas quietas, digo, me exaspera la gente sosegada: la que arrulla que te arrulla el sueño de que el tiempo pasado fue mejor; la que no dice, ¡ejem!, esta boca es mía, este país es mío; la gente que joroba por quitarnos el aire con sus quejas de hipocondría pura y que hoy, como siempre, se la encuentra sembrando una rosa y cortando un clavel.
ORGULLOSA OPONENTE DE LA MUERTE
Frida Kahlo se retrató a sí misma: plenilunar, estoica, reconstruida. Creó su atmósfera propia, su antimuerte, su territorio libre. Creó sus reglas de juego para apostar por la vida. Y para no obviar detalles posó de cara a la muerte bajo una luz cenital. Cuánto temple en el gesto, cuánto enigma, cuánto fuego rodeándole las manos, los ojos y la boca, cuánta palpitación votiva. La suya es una saga en la que el sufrimiento se vuelve un contrafuerte.
PEQUEÑO POEMA CONTRA LOS CULPABLES
DE QUE LAS COSAS SIGAN COMO HASTA HOY
SABIDURIA ANTIGUA
a Mario Payeras
De seguro que si las aves fueran
el corazón del universo,
nunca habría pasado inadvertida
su lección de elevarse
con espíritu fuerte
bajo los temporales,
pues los pájaros saben
que no hay invierno que dure cien años
y que, al pasar la tormenta,
la primera semilla que brota
es el sol.
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