NICARAGUA - Danza - Pintura - Literatura
MUSICA FOLKLORICA DE NICARAGUA 3
Discover Camilo Zapata!
ERNESTO CARDENAL
EPIGRAMA
Al perderte yo a ti,
tú y yo hemos perdido:
yo, porque tú eras
lo que yo más amaba,
y tú, porque yo era
el que te amaba más.
Pero de nosotros dos,
tú pierdes más que yo:
porque yo podré
amar a otras
como te amaba a ti,
pero a ti nadie te amará
como te amaba yo.
Muchachas que algún día
leaís emocionadas estos versos
Y soñéis con un poeta
Sabed que yo los hice
para una como vosotras
y que fue en vano.
Nuestro Amor
Nuestro amor
nació en mayo
con malinches en flor
—Cuando están en flor
los malinches en Managua—.
Sólo ese mes
dan flores:
en los demás
dan vainas
pero los malinches
volverán a florecer
en mayo
y el amor
que se fue
ya no volverá
otra vez.
RUBEN DARIO
A AMADO NERVO
La tortuga de oro camina por la alfombra
y traza por la alfombra un misterioso estigma;
sobre su carapacho hay grabado un enigma
y círculo enigmático se dibuja en su sombra.
Esos signos nos dicen al Dios que no se nombra
y ponen en nosotros su autoritario estigma:
ese círculo encierra la clave del enigma
que a Minotauro mata y a la Medusa asombra.
Ramo de sueños, mazo de ideas florecidas
en explosión de cantos y en floración de vidas,
sois mi pecho suave, mi pensamiento parco.
Y cuando hayan pasado las sedas de la fiesta,
decidme los sutiles efluvios de la orquesta
y lo que está suspenso entre el violín y el arco.
A MARGARITA DEBAYLE
Margarita está linda la mar,
y el viento,
lleva esencia sutil de azahar;
yo siento
en el alma una alondra cantar;
tu acento:
Margarita, te voy a contar
un cuento:
Esto era un rey que tenía
un palacio de diamantes,
una tienda hecha de día
y un rebaño de elefantes,
un kiosko de malaquita,
un gran manto de tisú,
y una gentil princesita,
tan bonita,
Margarita,
tan bonita, como tú.
Una tarde, la princesa
vio una estrella aparecer;
la princesa era traviesa
y la quiso ir a coger.
La quería para hacerla
decorar un prendedor,
con un verso y una perla
y una pluma y una flor.
Las princesas primorosas
se parecen mucho a ti:
cortan lirios, cortan rosas,
cortan astros. Son así.
Pues se fue la niña bella,
bajo el cielo y sobre el mar,
a cortar la blanca estrella
que la hacía suspirar.
Y siguió camino arriba,
por la luna y más allá;
más lo malo es que ella iba
sin permiso de papá.
Cuando estuvo ya de vuelta
de los parques del Señor,
se miraba toda envuelta
en un dulce resplandor.
Y el rey dijo: —«¿Qué te has hecho?
te he buscado y no te hallé;
y ¿qué tienes en el pecho
que encendido se te ve?».
La princesa no mentía.
Y así, dijo la verdad:
—«Fui a cortar la estrella mía
a la azul inmensidad».
Y el rey clama: —«¿No te he dicho
que el azul no hay que cortar?.
¡Qué locura!, ¡Qué capricho!...
El Señor se va a enojar».
Y ella dice: —«No hubo intento;
yo me fui no sé por qué.
Por las olas por el viento
fui a la estrella y la corté».
Y el papá dice enojado:
—«Un castigo has de tener:
vuelve al cielo y lo robado
vas ahora a devolver».
La princesa se entristece
por su dulce flor de luz,
cuando entonces aparece
sonriendo el Buen Jesús.
Y así dice: —«En mis campiñas
esa rosa le ofrecí;
son mis flores de las niñas
que al soñar piensan en mí».
Viste el rey pompas brillantes,
y luego hace desfilar
cuatrocientos elefantes
a la orilla de la mar.
La princesita está bella,
pues ya tiene el prendedor
en que lucen, con la estrella,
verso, perla, pluma y flor.
* * *
Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar:
tu aliento.
Ya que lejos de mí vas a estar,
guarda, niña, un gentil pensamiento
al que un día te quiso contar
un cuento.
AUTUMNAL
Eros, Vita, Lumen
En las pálidas tardes
yerran nubes tranquilas
en el azul; en las ardientes manos
se posan las cabezas pensativas.
¡Ah los suspiros! ¡Ah los dulces sueños!
¡Ah las tristezas íntimas!
¡Ah el polvo de oro que en el aire flota,
tras cuyas ondas trémulas se miran
los ojos tiernos y húmedos,
las bocas inundadas de sonrisas,
las crespas cabelleras
y los dedos de rosa que acarician!
En las pálidas tardes
me cuenta un hada amiga
las historias secretas
llenas de poesía;
lo que cantan los pájaros,
lo que llevan las brisas,
lo que vaga en las nieblas,
lo que sueñan las niñas.
Una vez sentí el ansia
de una sed infinita.
Dije al hada amorosa:
—Quiero en el alma mía
tener la aspiración honda, profunda,
inmensa: luz, calor, aroma, vida.
Ella me dijo: —¡Ven!— con el acento
con que hablaría un arpa. En él había
un divino aroma de esperanza.
¡Oh sed del ideal!
Sobre la cima
de un monte, a medianoche,
me mostró las estrellas encendidas.
Era un jardín de oro
con pétalos de llama que titilan.
Exclamé: —Más...
La aurora
vino después. La aurora sonreía,
con la luz en la frente,
como la joven tímida
que abre la reja, y la sorprenden luego
ciertas curiosas, mágicas pupilas.
Y dije: —Más...— Sonriendo
la celeste hada amiga
prorrumpió: —¡Y bien! ¡Las flores!
Y las flores
estaban frescas, lindas,
empapadas de olor: la rosa virgen,
la blanca margarita,
la azucena gentil y las volúbiles
que cuelgan de la rama estremecida.
Y dije: —Más...
El viento
arrastraba rumores, ecos, risas,
murmullos misteriosos, aleteos,
músicas nunca oídas.
El hada entonces me llevó hasta el velo
que nos cubre las ansias infinitas,
la inspiración profunda
y el alma de las liras.
Y los rasgó. Allí todo era aurora.
En el fondo se vía
un bello rostro de mujer.
¡Oh; nunca,
Piérides, diréis las sacras dichas
que en el alma sintiera!
Con su vaga sonrisa:
—¿Más?... —dijo el hada.
Y yo tenía entonces
clavadas las pupilas
en el azul; y en mis ardientes manos
se posó mi cabeza pensativa...
ABROJOS - XXXVII
¿Quién es candil de la calle
y oscuridad de su casa?
—Quien halla en aquélla flores
y en ésta abrojos y lágrimas.
Iván Uriarte:
Iván Uriarte nació en Jinotega, Nicaragua, en 1942. Es poeta, cuentista y crítico literario. Es Doctor en Derecho de la Universidad Centroamericana y en Literatura por la Universidad de Pittsburgh. Integrante del movimiento literario “Generación Traicionada” de los años sesenta, a sus 20 años se reveló como poeta, obteniendo el premio de poesía de la revista Ventana con sus 7 poemas Atlánticos (traducidos a diversos idiomas). De 1970 a 1976 residió en Europa, principalmente en Francia, donde recibió cursos de narratologia con Gerald Genette y de historia de América con Ruggiero Romano. Fue Lector latinoamericano en la Universidad de Niza, durante cuatro años. En los 80 laboró para el Instituto Nicaragüense de Cine. En 1999 fundó y ha dirigido hasta el presente un Taller de creación literaria en la Universidad de Ingeniería.
En 1999, obtuvo el Premio Nacional de Poesía Rubén Darío, convocado por el Instituto Nicaragüense de Cultura con Los bordes profundos. En 200l, residió en Madrid haciendo estudios sobre Don Quijote, y en 2004 fue invitado por la Feria del Libro Español en Barcelona.
Ha obtenido, además, las siguientes distinciones: Ciudadano Notable de Jinotega, Profesor Emérito por la Universidad Popular de Nicaragua, Reconocimiento por sus aportes a la literatura Nicaragüense de parte del Centro Nicaragüense de Escritores. Es autor de los siguientes libros: POESÍA: 7 poemas atlánticos (1968); Este que habla (1969); Los bordes profundos (1999); Pleno día (2000) ; Cuando pasan las suburban (2001); Escatología (2005); Imágenes para Dalí (2007). CUENTO: La primera vez que el señor llegó al pueblo (1996). ENSAYO: La poesía de Ernesto Cardenal en el proceso social centroamericano (2000); Don Quijote y los rostros de la modernidad literaria, el cual será publicado en 2008 por el Centro de Estudios Cervantinos de Guanajuato, México.
Dos poemas de Iván Uriarte
De Los bordes profundos:
SUNYA
La rosa fluyendo hacia la eternidad
buscando el sinuoso corazón de la materia
ensanchando mundos acumulados a su alrededor
en este trashumante orbe
donde cada criautura depende del calor
de cada estrella en el universo.
Como transmigrantes signos
transcurre lenta nuestra vida
en la savia ascendente de ese tallo
estallante de pétalos
que suben y perforan
vías lácteas desconocidas
donde yace la existencia cósmica
que buscamos.
De Imágenes para Dalí :
CISNES REFLEJADOS EN ELEFANTES
Primero fueron los elefantes sumergidos
y después los cisnes
levantando sus trompas paternales
como estética muerte de una especie inextinguible
el sueño fue en el profundo borde del estanque
para que Júpiter y Leda emergieran ante nosotros
pero los cisnes persisten en su sombría blancura
y los elefantes en la aspereza de su piel nocturna
sincretismo o mestizaje emergiendo
como cisne cósmico
trascendiendo la cotidiana pesadilla de la identidad
el palimpsesto
la escritura
las huellas de la tortuga regresando a su origen
a la identidad de su pitagórico enigma.
Escatología
3
Los abandonados zapatos
yacen en el basurero,
remotos de los pies que abrigaron.
Nadie los ve o identifica.
Cumplieron ya su misión,
ahora duermen
con deshechos y latas vacías.
Pero un día encontrarán
a los pies que llenaron
y comenzarán a andar
para comparecer al juicio final
donde todos por fin
nos encontraremos.
8
Ese pedazo de madera que huelga de tu cuerpo
es la puerta
que inconscientemente nunca cerraste.
Madero sólido que pende de ti
colgando tú de él
a tu propia medida.
No hay cerradura ni cadenilla
sino culpa ancestral de árbol
que persistente ha continuádote
hasta devenir aire en tu cuerpo.
10
Todos los masacrados del mundo
comienzan ya a juntar sus esqueletos,
a apartar la tierra,
a sacudirse el polvo
que los ha mantenido
separados del universo.
24
Cuando la noche comience sin terminar el día,
así será el fin del mundo
la luna iluminándonos hasta sobrepasar la
cotidiana luz
y las llamas del sol cayendo
como látigos sobre nuestros cuerpos
sin calcinarnos nunca.
Así será el principio del final esperado.
Carne invisible errante seremos
sobre cometas perdidos
o asteroides sin órbita.
Cuando el día comience sin terminar la noche,
así será.
vMares irrigando el espacio cósmico,
túneles de luz encontrándose
lluvia revestida de tormento
sólida oscuridad postergándose.
Así acabará, al fin, el mundo
y sin terminar el día ni empezar la noche
renaceremos.
38
Cayó postrado de bruces
ante la enceguecedora claridad.
Imperturbable figura resplandecía delante de sus ojos
mientras siete lámparas ardían a su
alrededor
y el sol que se reflejaba en la marea
refractó en la cueva
que devino horno de luz
sobre aquella isla de roca viva.
Transfigurábanse sus manos temblando,
rasgando el pergamino,
atiborrándolo de interminables renglones
griegos
que relampagueantes voces dictaban al
unísono.
JOSE ADAN SILVA
NARRATIVA
DOS LLUVIAS Y UN RECADO
El jefe del batallón dio la orden de descansar. Fue el alivio a un martirio de 15 horas de caminata entre fango, quebradas y lomas empinadas a las que había que vencer con el peso de las mochilas en la espalda, las municiones en el pecho y la cintura y las armas en la mano.
El lugar era un pequeño y poco tupido claro en lo alto de una colina, desde donde podíamos divisar otros cerros de menor altura a nuestro alrededor.
A lo lejos, más allá de las crestas verdes de las lomas vecinas, se veían azules y tristes las brumosas montañas a las que, tarde o temprano, tendríamos que entrar a fuego y sangre para sacar al enemigo al que perseguíamos todos los días y que nos volaba, y le volábamos también, balas y maldiciones.
El jefe del batallón, un hosco señor de aspecto indígena que vio la vida en San Marcos, dispuso las medidas de seguridad en el perímetro, colocó aquí y allá a los vigías, seleccionó la patrulla nocturna que haría el reconocimiento del área, dispuso la ametralladora en un filo estratégico y prohibió las hogueras, mandó a no levantar casas de campaña y a dormir con el dedo en el gatillo.
Él se fue a la trinchera que dos reclutas le cavaron en el extremo escarpado del área, justo donde la jungla tendía sus más agrestes tejidos y donde el aire era más denso y el cielo más oscuro.
Ahí se acomodó en silencio, junto a sus dos oficiales y el operador del radio al que llamó para orientarle detalles de la próxima misión.
Una vez ahí, habló bajito para dar las instrucciones: esperaban un ataque de las fuerzas rebeldes desde dos flancos. Los enemigos iban a entrar con fuerza porque acababan de ser abastecidos vía área, así que había que resistir hasta que llegase, en 12 horas, un segundo batallón de refuerzo que ya marchaba hacia acá. Ahora, vayan a alertar a la gente.
La noche llegó oscura y fría como suele llegar en las montañas del norte y en medio del concierto de grillos y lamentos extraños de la jungla. el jefe de los rasgos indígenas, tipo duro y fogueado en la guerra desde tiempos de la insurrección, le preguntó a uno de sus oficiales sobre la muerte de su hermano.
El radiocomunicador salió a buscar donde guarecerse de las dos lluvias que se advertían: la de agua del cielo negro que no tardaba en parir, y la de fuego que de la oscurana no tardaba en rugir. El otro oficial hizo lo mismo y el último, expectante y extrañado, se quedó a escuchar las preguntas sobre su hermano difunto.
¿Cuándo fue? Hace dos años señor, en el operativo de Las Minas. ¿Cuántos años tenía el compañero? Iba a cumplir 25, señor. ¿Era mayor que vos? Sí, señor, me llevaba cinco años arriba. ¿Cómo fue?...(silencio un momento)... Lo alcanzó un mortero en su trinchera. ¿Cuánto le faltaba para terminar? Seis meses, señor. ¿Si tuviera que mandarle algún mensaje qué le diría?...
El joven se quedó extrañado e hizo un gesto de incredulidad como preguntando ¿qué está diciendo? El jefe interpretó la duda en el rostro de su subordinado e insistió: ¿Si tuviera que mandarle un mensaje a su hermano qué le diría?... Que su mujer se juntó con Sergio, pero que mi mamá se quedó con la niña y la casa.
Ok. Ahora busque refugio rápido y si logra salir de pase, hágame el favor de entregarle esta carta a mi madre. Ahí está la dirección. El recluta, extrañado, tomó la carta envuelta en una bolsa plástica transparente y la guardó en el pantalón; se formó y pidió permiso para regresar a su posición. Permiso concedido.
Acababa de salir de la excavación cuando las dos lluvias comenzaron a caer: del cielo negro cayó una gota fuerte, precedida de millones de gotas más y mil truenos de horror, y de la oscurana, allá al otro lado de los cerros brumosos, salió un estruendo ronco y seco que estalló en mil chispas de fuego en la trinchera donde el jefe del batallón había recogido y mandado su último recado.
Al día siguiente, después de 18 horas de batallas en las que el enemigo había fracasado en intentar tomar la colina (un matadero de humo y vísceras oreadas), el recluta sobreviviente no resistió la curiosidad y abrió la carta que su jefe le había entregado antes de estallar.
Eran dos líneas escritas en pequeña y redonda letra de molde y con lápiz de grafito: “Madre, quitale la niña a la Carolina y poné la casa a tu nombre. Decile a Sergio que gracias por la traición que va a cometer”.
FRANCK DE LAS MERCEDES
Pintor Nicaragüense, radicado en New York, historia interesante, comenzó a ser noticia como pintor, cuando ideo enviar pequeñas cajas pintadas por el, por el correo de este país, las cajas adentro no contenian nada mas que un mensaje de amor, de apoyo, de esperanza, dependiendo lo que uno quisiera decirle a la persona a quien iva dirigida, hoy es ya un pintor reconocido en la gran manzana y sus obras son muchas y de excelente calidad, aca les dejo algunas de ellas, personalmente me llamó la atención la serie de retratos. Pueden visitar su sitio en la red que es: http://www.fdlmstudio.com se los recomiendo.
MUSICA FOLKLORICA DE NICARAGUA
Discover Marimba Tipica!
ALVARO GAITAN
CARLOS MONTENEGRO
CARLOS VARGAS LOPEZ
CELSO ZAMORA
CLARISSA ARELLANO
ELKY GAITAN
ERCILI ARELLANO
ESMERALDA PINEDA
GLORIA GUEVARA SILVA
JUAN SOBALVARRO
LA NUEVA
(ULTIMOS PROFETAS)
I
Calles pululantes,
agobiado rebaño en el raso furor solar,
devoto día sin mañana.
Imperceptibles números ambulan. Ignotos de “cuerpo y alma”.
Todos en singular.
Abonadores de basuras,
bestias urbanas,
tercos ante la muerte y sus impuestos sobre la renta.
Carentes en noción de casa, sólo calles.
Con el sudor en sedimentos añejos
la sed a borrones, lacrada en la garganta como
palabra chingastosa.
Desprovistos de amigos, más las sombras.
Bañados por la reiteración del polvo.
Opacos con presentimientos de noches estrujantes.
II
No ser de las ciudades,
idos a desiertos sin himnos,
lugares amarillos de epidemia
de horizonte ardiendo hemorrágico.
Lanzados a las cloacas, ingiriendo
impávidas ratas.
Precipitados cuerpos
casi encarnados a una peña,
en la inmensidad del lago fecal abalanzados.
Echados sobre rieles
o invocando amantes
con astillosas estacas donde palpita hambre.
Habituales suicidas, con inteligencia y método
a machetazos —lado a lado.
Por buenas costumbres, violadores de mujeres,
reproducidos para vender niños propios,
en morados manojos, riñones,
meniscos subalternos, espermas histéricos.
III
No hay selva, ni remota urna de huesos
ni mazmorra de manchas intraducibles,
sin profanación.
Sin ser, ni hacer. Al fin.
Este es el tiempo,
benigno entre cables.
No hay turno para odas,
sólo este canto sincero de mierda
y sin dios.
MUSICA FOLKLORICA DE NICARAGUA
Discover Hermanos de Ticuantepe!
KARMEN GARCIA
LUIS ALVARADO
LUIS VARELA
MARITA GUEVARA SILVA
MIRIAM GUEVARA SILVA
NOEL CALERO
PORFIRIO MORALES
RODOLFO ARELLANO
SILVIA ARELLANO
SOLINKA MIRANDA
WILLIAM GONZALEZ
GLORIA SANCHEZ ZELEDON
YOYITA
TRAJES TIPICOS
Se entiende por Traje Típico la vestimenta que usan o usaron los habitantes de una región determinada en su vida cotidiana o en festividades, y que constituye un emblema, característica o figura representativa del lugar.
Solamente tres regiones de Nicaragua tienen trajes típicos: Masaya, Boaco y Matagalpa.
TRAJES TÍPICOS DE MASAYA
Traje Femenino: Es de tela basta de algodón, de colores vivos: verde, azul, amarillo o blanco. Esta compuesto de camisa y enagua, se complementa con rebozo o chal. La camisa es una blusa holgada, con mangas cortas, medio empopadas, que caen un poquillo más allá de los hombros. La boca del cuello y las mangas van sencillamente adornadas con aplicaciones de cintas o tiras bordadas comunes. La enagua es amplia y volada y llega a los tobillos. Lleva los mismos adornos en la orla o borde inferior. Bajo la enagua va un fustán blanco de algodón, también con tiras bordadas en las orla. La india la deja ver intencionalmente, recogiendo de un lado la enagua.
La mujer completa su atavío con ramitos de flores silvestres en la cabeza, aretes o chongos en las orejas y collares de cuentas de colores que le cuelgan hasta el diafragma. El pelo, que es largo y abundante, bien puede recogérselo en elegante moña o distribuirlo en dos hermosas trenzas que deja caer sobre ambos lados del pecho. Va descalza. Lleva, además, bateas de madera con frutas y verduras, u ollas de barro con tamales, o canastas con flores silvestres.
Traje Masculino : Esta compuesto por cotona blanca y pantalón azul. Son telas toscas. La cotona consiste en una camisa corta, un tanto holgada, con mangas largas, sin cuello, con la boca medio recogida y que se cierra en el cuello con un broche o botón. El pantalón es común y corriente, aunque relativamente corto, pues escasamente llega al tobillo. El ruedo se dobla y amarra a la canilla con un mecate de plátano o burillo. Se completa la indumentaria con un sombrero aludo y copa de cucurucho, de palma blanca de castilla, y un par de caites o sandalias.
Suele llevar, además, el varón, unas alforjas de cabuya, un machete, una hacha, un manojito de lecha, etc.
TRAJES TÍPICOS DE BOACO
Traje Femenino : El traje típico de la india boaqueña consta de blusa, enagua y rebozo. La blusa es de color vistoso, tela de algodón, boca ancha y mangas cortas empopadas. En el borde de la boca lleva unos vuelitos recogidos. La parte del corpiño es lisa un tanto ceñida al cuerpo, pero ya cerca de la cintura es más ancha y holgada, y cae abajo de las caderas. La enagua es también de color vivo o chillante, de un solo tono o floreada; es bastante amplia y volada y llega hasta los tobillos. El rebozo o chal es de color que armonice con el vestido. Lleva un calabazo con chicha o bien una alforjita con su comida (tamales, queso, pinol, etc). Al sentarse en el suelo la enagua queda bien extendida.
El cabello se lo peinan con un partido en medio y se hacen dos trenzas que le caen bien hacia adelante, sobre el pecho, adornadas con cintas. Se colocan peinetas con flores silvestres. Suelen ponerse sombrero adornado con flores y cintas, medio echado hacia atrás, con un doblez en el ala delantera. Va descalza.
Traje Masculino : La indumentaria del varón es muy parecida a la del Indio de Masaya: pantalón de dril azul o celeste subido, hasta la media pierna, en donde se lo doblan y amarran con tule o burillo; cotona tradicional; sombrero de palma con cintas arrolladas a la copa y flores en el ala. Portan calabozos con chicha o guaro. Lleva caites.
TRAJES TÍPICOS DE MATAGALPA
Traje Femenino : El traje típico de la India de Matagalpa es una bata blanca de tela ordinaria, un tanto holgada, pero ceñida a la cintura. Lleva collares de cuentas o semillas de colores. En la cabeza un rebozo con las puntas sobre los hombros o el pecho y anidada en el brazo, una poronga de greda u olla de barro negro. Va descalza.
Traje Masculino : El traje del varón consiste en pantalón azul un poco corto, cotona y sombrero blanco de palma, alforja y calabazos. Lleva caites.
TRAJE TIPICO DE LA INDITA
El de la indita consta principalmente de güipil y manta. El güipil es una blusa corta, suelta por la cintura, sin mangas, bastante ajustada al tronco. Es de tela muy fina, por lo general de seda de colores vivos (rojo, azul, verde, amarillo o celeste), preciosamente decorado con lentejuelas, chaquiras y piedras de colores, distribuidas de una forma caprichosa o representando motivos vernáculos. La manta es de tela fina de algodón o de seda, con franjas horizontales de color azul, rojo, verde o amarillo. Se arrolla bien al cuerpo, cubriendo desde la cintura hasta las rodillas.
Se sujeta a cualquier lado con un broche, en donde se coloca un ramito de flores silvestres principalmente resedas. completan el atuendo: a) Una pañoleta de seda, generalmente de color rojo, que se aplica sobre el cuadril opuesto al broche, rematando las dos puntas con este; b) Un sombrero redondo, no muy aludo, forrado con seda, de color que armonice con el güipil, con dos o tres plumones de diferentes colores en la copa; c) En la mano izquierda, un guacal grande, cubierto con una servilleta o mantelito blanco, en que se llevan piezas de pan dulce en forma de gallitos (gallitos de pan), roscas bañadas, colación o pan de rosa y limoncitos de dulce. d) En la mano derecha un abanico de plumas. Ni el sombrero ni el abanico de plumas son autóctonos. El sombrero se lo puso la india como imitación del que veía de la dama española y el abanico según reza la tradición, constituye un presente u obsequio del galán español a la india.
Lleva, además, la indita, aros o pendientes de oro, sofocantes de oro, collares de gruesas cuentas de colores, brazaletes de fantasía, pulseras o esclavinas de oro y anillos del mismo metal. Va descalza.
La indumentaria del varón consta de camisa blanca de tela fina, gola corta, mangas largas ligeramente amplias, pero con los puños apretados y pantalón largo, blanco con ruedo campana. Lleva en la cintura una bande de seda brillante, roja o de otro color vivo, con flecos o mechas colgantes, y un pañuelo de color anudado al cuello a modo de corbata. Va calzado con zapatillas de charol negro, con cascabeles o chischiles atado en el nudo de los cordones. En la mano porta una toalla.
Completa el atavío un sombrero de palma de estilo corriente, colocado con ligera inclinación hacia atrás, con el borde delantero del ala bastante doblado y una rosa roja de frente, en el centro del doblez del ala, de donde parten dos haces de cintas de colores que, arrolladas alrededor de la copa, se juntan por el trasero con un nudo o broche y cuelgan hasta media espalda.
BAILES TIPICOS
LAS INDITAS
El baile de las Inditas es el baile representativo de Nicaragua.
Su contenido es eminentemente amoroso. Refleja el gentil y apremiante cortejo del español a la india nicaragüense; un galanteo insistente, pero caballeroso, exento de lascivia; una invitación al amor, presentada en forma respetuosa aunque apasionada.
Los personajes o protagonistas, son seres socialmente desiguales, pertenecientes a razas y civilizaciones absolutamente diferentes. El varón es de mejor condición social, de raza blanca europea, conquistador de estas tierras y por ende, de categoría dominante. La mujer es humilde indígena americana, de las tierras conquistadas y dominadas.
EL TOROVENADO
El Torovenado es una danza festiva popular, un carnaval de tipo burlesco y ridiculizante. La salida del Torovenado implica el pago de una promesa San Jerómino, en el Departamento de Masaya.
Los torovenados van en pequeños grupos, en parejas o simplemente solos, según convenga a la mentalidad de sus caracterizaciones, llevan todo tipo de disfraces.
La mayoría trata de imitar o ridiculizar a algún personaje de la localidad, del país o del extranjero.
Visten trajes viejos o anticuados, portan paraguas rotos y carteras pasadas de moda y se ponen innumerables adornos y aditamentos que no guardan ninguna relación con el traje y más bien desarmonizan.
Son tipos estrafalarios y extravagantes. Hacen gestos, muecas y payasadas, para divertir al público.
Un cuerpo de filarmónicos o chicheros ejecutan los típicos sones de toros o cachos. También se lleva una carroza, que consiste en una carreta tirada por bueyes, adornada con tallos de chagüite, palmas de coco y corozo y banderines de papel de china.
En ella se puede apreciar la causa del Torovenado, la razón de la promesa. Sobre una tijera de lona o bramante va un enfermo, quejándose constantemente, el doctor que lo atiende, la enfermera que lo asiste en sus necesidades. Los torovenados de la carroza hacen las diligencias del caso con mucha comicidad, todo con el objeto de mover a risa a la concurrencia.
En último término va una pequeña imagen de San Jerónimo, cargada en andas por los parientes del Promesante. En cada esquina se disparan cohetes.
EL TORO GUACO
Es una danza que realiza un conjunto de bailantes divididos en dos grupos. Cada uno consta de ocho a doce personas. Va, además, otro bailante que se llama "Mandador", que es el jefe del baile y un "Toro" artificial: un individuo que carga una cabeza de toro montada sobre un armazón.
La indumentaria de los integrantes es la siguiente:
Pantalón y camisas corrientes; sobrebotas de cuero brillante, pana o terciopelo, con adornos metálicos o de pedrería; en los pies, caites o sandalias.
Sobre el pecho llevan cruzada una banda de color vistoso, rojo, azul, verde, etc, preciosamente bordada. Sobre los hombros, una amplia capa, también de vistosos colores. El rostro lo ocultan bajo artísticas máscaras de madera, rubicundas, que reflejan el semblante de un personaje español bien parecido, unas con bigote y barba, otras lampiñas. Cubren su cabeza con un sombrero adornado con muchas plumas de pavo real, flores de papel, espejitos, cordones de cuentas brillantes y otros aderezos. En una mano llevan una tajona o pequeño látigo y en la otra un chischil de lata.
Aunque el baile tenga un jefe llamado "Mandador", cada grupo tiene un Capitan. La representación se realiza al compás de un pito y un tambor.
Cada grupo o bando se coloca en fila india a cada lado de la calle, en orden de estatura. En el centro va el toro, y el mandador a la cabeza del baile.
La danza consiste en una serie de saltos o brincos, diferentes entre sí, que los bailantes verifican de acuerdo con los distintos sones. El baile tiene nueve sones y de ellos, los dos que se ejecutan al principio se bailan al final, siendo la danza la misma para estos. Los "sones" se ejecutan y bailan en el orden que se enumeran y conforme los nombres que tienen:
Primer Son (Introducción).
El Paseadito.
El Toro.
El Zapateado.
El Dicho.
Segundo Zapateado.
El Bejuco.
La Flor.
Cara con Cara.
Primer Son (Se Repite).
El Paseadito (Se Repite y Final).
Los bailantes, durante las danzas, prorrumpen de vez en cuando un sonido gutural, semejante al que se hace popularmente para llamar a las aves de corral o a las gallinas: ¡ruuu.... ruuuuu... ruuuu!.
Regularmente el baile de Toro Guaco inicia el desfile de la concurrencia y encabeza a San Sebastián en su anual recorrido por la ciudad. Durante la representación del baile no hay diálogos, pero de vez en cuando se saludan los bailantes con ligeros cuchicheos al oído. El rostro, lo llevan los danzarines cubierto con una máscara de madera. Sin embargo, el bailante que lleva sostenido con las manos en alto lo que representa el toro, no lleva máscara. Este durante el baile embiste a veces a los demás bailante, quienes se capean como sorteando al imaginario bruto, haciendo un gesto natural de defensa con la tajona que portan en la mano izquierda.
EL VIEJO Y LA VIEJA
Es un baile con dos personajes estrafalarios con máscaras características, bailando animadamente al son del pito y el tambor.
Es un baile donde el viejo enamorada a las mujeres que se encuentran viendo el espectáculo e igual sucede con la vieja, sin embargo, cuando uno de los dos se da cuenta de lo que esta sucediendo, se enojan y comienzan a discutir y hasta darse golpes.
VIDEOS DE DANZAS FOLKLORICAS NICARAGÜENSES
Folklore Nicaraguense
Baile de Hungaras
Gostei do teu blog.
ResponderEliminarconheço muito pouco do teu país, sou portuguesa.
Adorei os quadros que selecionas-te.
Vou voltar, para ver tudo com muita atenção!