Colombia - El Vallenato - Musica Folklorica de Colombia








COLOMBIA
El Vallenato
El termino "vallenato" representa a la vez el grupo humano, la música y el trovador popular de la región.
Entre el mar Caribe y la frontera con Venezuela, la "Costa Atlántica de Colombia" y más específicamente el Magdalena Grande constituye la cuna de la música vallenata.
El Magdalena Grande es un valle rico y fértil, irrigado por una red de quebradas y ríos.
Algunos cronistas de la Colonia la llamaron por su clima temperado, el "Mediterráneo colombiano".
El origen del vallenato.
La música vallenata extrae su savia de una región rica en tradiciones musicales indígenas y negras. Pero es difícil coincidir sobre la época exacta en que empezó a denominarse como música vallenata.
El vallenato se define como el grupo instrumental compuesto por un acordeón diatónico, un tambor o caja vallenata y la raspa indígena o guacharaca.
Desde la época precolombina, existían en las manos de la nación Chimila, habitantes originarios del valle, e! carrizo hembra y macho (flautas verticales de dos y cinco huecos), el tambor bimenbranófono y la raspa indígena.
Las formas originarias de la música africana se fueron transformando en los nuevos grupos de población mestiza. El canto y los ritmos de las percusiones negras se fueron ajustando a los carozos indígenas y produjeron las Gaitas vallenatas. Los negros le heredan entonces al canto vallenato más el ritmo que la rima.
En el proceso de colonización, los españoles introducen con la tradición del romance, una métrica rígida para la versificación en el canto vallenato: las estrofas de cuatro versos y la décima.
Después de tres siglos y medio de mestizaje cultural, el acordeón se incorpora al reino de las flautas, de los tambores y de la guacharaca. El acordeón de botones Kirial Demian, diatónico, llega al parecer a la Costa norte de Colombia en el último cuarto del siglo pasado. Ciertamente, el acordeón, reconocido actualmente como el instrumento distintivo de la música vallenata, permitió la estructuración y la diferenciación definitiva de los ritmos vallenatos.
La caja vallenata, afro-chimila, es un pequeño tambor semicónico de un solo parche, de treinta centímetros de diámetro. La caja vallenata es percutida a mano limpia. Primitivammente, se utilizaron también las cajas de doble parche, que predominaban en la zona de la Sierra Nevada de Santa Marta.
La guacharaca (que viene de la palabra indígena Wahasaraka) toma su nombre de la pava silvestre cuyo canto trataron de imitar los indígenas.
La raspa, de cuarenta centímetros de largo, está fabricada en "caña de playón". Se dice que la guacharaca fue el primer instrumento que se utilizó en los cantos de vaquería y, por ende, en los primeros aires vallenatos.

El cantor vallenato
La región vallenata, aislada durante años del resto del país (la primera carretera data de los años treinta), ha conservado una fuerte identidad cultural. Quizás este aislamiento explica la
importancia del trovador vallenato que ha recreado en sus cantos el trasfondo de la historia cotidiana de sus gentes. En los primeros tiempos, los trovadores itinerantes animaban las parrandas en las grandes haciendas ganaderas. El hombre vallenato, enraizado en sus costumbres campesinas, dedica su tiempo a la ganadería extensiva y a la agricultura.
Las piquerías musicales o "duelos de acordeón" hacen parte de la historia vallenata. Están asociadas a la rivalidad entre acordeoneros que quieren medir en público su superioridad musical. Improvisación en el canto y libertad en la ejecución es la esencia de estos "duelos de acordeón" donde se pone en juego la destreza y el virtuosismo del músico vallenato. En la piquería, los verseadores rivalizan con su habilidad para responder con rapidez y elegancia a su adversario. Los cantos irónicos buscan menoscabar la imagen del contrincante. Los más grandes acordeoneros que son a su vez compositores, como el maestro Pacho Rada, Emiliano Zúlela o Lorenzo Morales combinan audazmente acordes, que van a repetir a lo largo de su carrera como músicos. Este virtuosismo es la rutina del músico. Es su manera de tocar. Además, generalmente, el músico desconociendo la escala musical teórica, adopta una expresión melódica muy personal que lo singulariza. La manera de acordar el timbre de la voz a la melodía instrumental, la llaman el registro.
Los ritmos vallenatos
Cuatro ritmos componen la música vallenata: el son, el paseo, el merengue y la puya.
El son y el paseo (con un compás de 2/4) tienen una estructura musical binaria (es decir los mismos acentos o tiempos fuertes) y una rítmica que se asemeja.
El son, es más lento que el paseo. Es el ritmo más apto para la "narración cantada". Se dice que las coplas a cápela cantadas originalmente en una rítmica libre fueron adquiriendo con la caja vallenata y la guacharaca, la forma musical del son.
De los cuatro ritmos vallenatos, el paseo es el ritmo más fácil de interpretar. Actualmente, es el más común. Es una música más rápida y su cadencia permite incorporar cualquier tipo de
estrofas y versos. Tiene las características melódicas, rítmicas y armónicas del son pero un tiempo más rápido.
El merengue y la puya (con un compás de 6/8) tienen una estructura musical ternaria y en las percusiones se intercalan los ritmos binarios y ternarios.
En el merengue y la puya, la percusión sostenida y compleja exige una gran destreza del guacharaquero y del cajero. Los versos cortos de la puya se asemejan a los cantos africanos.
En genera!, la melodía es ejecutada sin florituras por el acordeón, mientras que predomina el ritmo mas viejo tocado en las Gaitas indígenas.



Los músicos
Nicolás "Colacho" Mendoza, nacido en Caracoli (Guajira), es uno de los grandes intérpretes del acordeón. Obtuvo el título de "Rey de Reyes" entre los ganadores de los años anteriores en el Festival de la Leyenda Vallenata de 1987.
Lorenzo Morales Herrera nació en 1914 en Guacoche (César). Se dice que es uno de los primeros acordeoneros que manejó con maestría los cuatro ritmos vallenatos. Es conocido como el célebre contricante de la piquería con Emiliano Zúlela B.
Alberto "Beto" Murgas es uno de los compositores de la cuarta generación de músicos vallenatos (nacidos después de 1950). "La Negra" ha sido tocada en los ritmos de porro et de cumbia y su popularidad es innegable.
Emiliano Zuleta Baquero, nacido en La Jagua del Pedregal (César) en 1912 ha dejado cantos immortales como "La gota fría" o "El gallo viejo" de sus piquerías con Lorenzo Morales o su hermano Antonio "Toño" Salas.
Antonio "Toño" Salas, hermano de Emiliano Zuleta B., es un veterano improvisador en las parrandas vallenatas.
Leandro Diaz, nacido en San Diego (César) es quizás, con Rafael Escalona, uno de los más prolíficos compositores vallenatos. Tiene la capacidad de componer sus canciones sin instrumento. Ciego de nacimiento, describe con una rara belleza los paisajes de su región natal.
Francisco "Pacho" Rada es el veterano de la música vallenata. Nacido en 1907 en Plato, un puerto del río Madgalena, tiene un estilo con gran influencia de la música negra.
Samuelito Martínez Muñoz nació en El Paso. Es el hijo de Pedro Nolasco, el gran acordeonista de la primera generación de acordeonistas vallenatos (nacidos entre 1840 y 1890).
Ivan Zuleta hace parte de la "dinastía de los Zuleta". Es el nieto de Emiliano Zuleta B. Con sus quince años, ya ha sido coronado rey juvenil en el Festival de La Leyenda Vallenata en Valledupar.
Víctor Camarillo, nacido en Valledupar; lo suelen llamar "la Biblia del vallenato".
Los temas interpretados
 (La mayoría de los compositores interpretan sus propias composiciones.)
1. Matilde Lina** [Leandro Diaz], interpretada por Nicolás "Colacho" Mendoza.
2. Serenita**** [Lorenzo Morales Herrera]
3. La enfermedad de Emiliano** [Emiliano Zuleta Baquero]
4. La negra** [Alberto "Beto" Murgas]
5. Improvisación [Antonio "Toño" Salas, al acordeón]
Coplas de parranda en Villanueva (Guajira
6. A mi no me consuela nadie** [Leandro Díaz], a capella.
Es una canción autobiográfica del autor.
7. El Tigre de la montaña* [Francisco "Pacho" Rada Bautista], con acordeón sólo.
No sé si será Zuleta el de ese son / Que me está tratando de Tigre de la montaña / O será Morales en su acordeón / Siempre perdono al que se engaña // Oye mi vida, oye mi Maye / A mi me gusta enseñar al que no sabe / Oye mi vida, oye mi Maye / Y yo también perdono al que se engañe // Nunca me ha gustado de tener intriga / Con otro que sepa de este mismo arte / Pero viene de allá arriba / La costumbre que debe de usarse // Oye mi vida, oye mi Maye / A mi me gusta enseñar al que no sabe / Oye mi vida, oye mi Maye / Y yo también perdono al que se engañe // A estos vallenatos que se le ha metido / de estarme tratando tigre por ofensa / deben de tener en cuenta / que el tigre no tiene amigos.
8. La carta escrita** [Lorenzo Morales H.], con acordeón sólo.
Ahí le mandé a decir a Emiliano Zuleta / Que para los carnavales me espere / Él quiere tocar conmigo la tecla / Y así como yo le digo él no puede / Emiliano está inocente, compadre / Que ya Moralito vino a su tierra / Y tengo una carta escrita en el Valle / Pa’ mandársela a Emiliano a la Sierra // Si Emilianito supiera, compadre / Las rutinas de Lorenzo Miguel / No saldría más a la calle / Ni tampoco se metiera con él // En mi gusto no hay quien mande / Conmigo no hay quién se meta / Rutina tiene Morales / para Emiliano Zuleta// En mi gusto no hay quien mande / En mi gusto mando yo / Rutina tiene Morales / para Zuleta y Muñoz.
9. Catalina Daza** [Francisco "Chico" Bolaños], interpretado por Lorenzo Morales H.
El desaparecido, hace ya muchos años, Francisco "Chico" Bolaños ha sido catalogado como uno de los primeros en distinguir cada uno de los ritmos vallenatos (al marcar el compás con el toque del bajo del acordeón).
Bolaños en Corral de Piedra / Por qué es que lo quieren tanto / Que lo suben y lo bajan / Como si fuera algún santo // Hoy me voy pa’ Corral de Piedra / De vuelta de la rocita / Me le da un abrazo a Adela / y un beso a Catalinita // Bolaños en Corral de Piedra / Vale más que un San Antonio / Mandan a buscar a Machuca / para que toque el armonio // Bolaños en Corral de Piedra / Pasa la vida tranquila / Bonito que anda Bolaños / Llorando por Catalina // A esa Catalina me la llevo yo / A esa Catalina me la voy a llevar / Si mi Cata no me quiere / A Corral de Piedra no vuelvo más.
10. El gallo viejo* [Emiliano Zuleta B.], solo de acordeón.
Esta es una de las famosas composiciones de piqueria vallenata que volvió célebre a este prolífico compositor.
Una noche en Villanueva / Se quiso Toño lucir conmigo / Pero a veces me imagino / Que esa es la gente que lo aconseja / Le dicen a Toño / A Toño mi hermano / Que él está muy pollo / y yo soy un gallo.
11. El Malino*** [Pedro Nolasco Martínez], a capella por Samuelito Martínez.
El reto mayor de un acordeonero vallenato es medir su superioridad musical en franca lid con el Diablo. El autor, muerto en 1969 cuenta su encuentro con "El Malino", denominación regional del Diablo.
12. La Lira Plateña*** [Francisco "Pacho" Rada B.], solo de acordeón.
13. Improvisación [Iván Zuleta], solo de acordeón.
14. El errante** [Lorenzo Morales]
15. La hechicera*** [Víctor Camarillo]
16. La piqueria [Emiliano Zuleta B.], solo de acordeón.           
17. La malena*** [Lorenzo Morales], solo de acordeón.
18. La creciente del César** [Rafael-Escalona], interpretada al acordeón por Nicolás "Colacho" Mendoza.
De vena poética, Rafael Escalona nacido en Patillal, departamento del César, es un prestigioso compositor vallenato. Es uno de los raros compositores que no ejecuta ningún instrumento ni conoce la escritura musical. Muchas de sus canciones como "El Testamento" son verdaderos himnos de la música popular colombiana.
19. El amor-amor* [anónimo], a cappella por Samuelito Martínez. Canto de parranda que sirve para improvisar coplas de cuatro versos.
20. La despedida* [Francisco "Pacho" Rada], solo de acordeón.
21. Cantos de vaquería [anónimo], a cappella por Ismael Herrera.
 Este canto acompañaba el trabajo de los hombres cuando transportaban el ganado de una región a otra.
 [*son, **paseo, *** merengue, ****puya]
Lizette LEMOINE París, Mayo 1996
Los temas musicales presentados aquí fueron seleccionados a partir de las grabaciones hechas durante la filmación, en septiembre de 1994, "Dónde cantan los acordeones, la ruta del Vallenato" (La Huit Production, París y Cites Televisión, Villeurbanne) dirigido por Lizette Lemoine. La acústica y el ambiente sonoro son propios de los lugares donde fueron grabados los músicos.
Agradecemos a los guácharaqueros y cajeros que acompañaron a los acordeoneros. Estos últimos nos recibieron y nos enseñaron con generosidad su amor por este arle.

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